viernes, agosto 31, 2018

Relatos de la Ascendencia - Snovemdomas

Su mundo se estaba quedando pequeño. Los poderosos Snovemdomas, tan grandes y fuertes como ligeros, habían dominado las tierras más allá de su tundra natal. En un planeta de alta gravedad, su imponente aspecto cubierto de pelo y su larga trompa ocultaban unos cazadores veloces e incansables, de huesos huecos pero resistentes. Eso era lo que les había permitido expandirse, creando pueblos que acabarían convirtiéndose en ciudades, hechas de materiales compuestos y ligeros, como ellos. Los Snovemdomas eran supervivientes, y su intelecto y su tecnología eran tan destacables como sus habilidades para la caza.  
Y, pese a ser sensatos y no abusar de sus territorios de caza, sabían que podían llegar más lejos y descubrir nuevos lugares, no podían ver un final a su expansión.  
Ese deseo había estado alterando las mentes ya de por sí inquietas de los sabios de cada tribu de Snovemdomas, en cada punto del globo, en cada región ocupada. Pero hasta los más sabios necesitaban una autoridad superior para poder encaminar sus pensamientos, y esa autoridad seguía en el lugar de donde surgieron y de la que salieron hacía generaciones. El Dovahmon, el sabio de entre sabios, vivía en la Gran Tundra, pasando el manto del liderazgo a los más dignos. Era él quien tenía la respuesta a todas las preguntas… 

miércoles, agosto 29, 2018

Relatos de la Ascendencia - Shevar

¿Qué es la vida? Con tantos mundos y tantas posibilidades, no hay una forma de determinar, exactamente, qué es. Cada civilización puede plantear la vida de una manera distinta a muchos niveles, desde la composición química hasta la actividad de los seres, que distinga a los vivos de los inertes. Para unos, la vida no era más que lo que habían catalogado como flora y fauna; para otros, los mismos planetas son entes vivientes. Nacer, crecer, morir, la procreación podía añadirse también, según a quien se preguntara…  
Los Shevar no se planteaban estas cosas. No necesitaban una definición de la vida. Y tampoco era cierto que no supiesen lo que era la vida, ni que no reconocieran a otros seres como vivos. Conocían muy bien la vida y la saboreaban: era su alimento.  

lunes, agosto 27, 2018

Relatos de la Ascendencia - Orfa

Muchos mundos habitados eran un mosaico de paisajes, desde heladas tundras hasta ardientes desiertos, pasando por bosques caducos, selvas, prados, litorales y volcanes. Este no era una excepción, y los Orfa, la especie dominante, podía estar en cualquiera de estos escenarios sin problemas. Tenían todo un mundo para ellos solos en el que comer, reproducirse y vaguear a su gusto.  
Este grupo particular de Orfa adoraba pasar todo el tiempo que pudieran en las inmediaciones de un volcán extremadamente activo. No pasaba día sin que estallara en una tormenta de piedra fundida, algo que los Orfa disfrutaban. Muchos se revolcaban en la lava, sus cuerpos totalmente inmunes a las altas temperaturas, sin una sola quemadura. La resistencia que presentaban su piel y sus órganos les permitía vivir en las condiciones más extremas, y aquellos en concreto se levantaban, más relajados, tras su chapuzón en la lava. Un Orfa, además, podía sobrevivir con unos pocos minerales, lo suficiente para mantener sus resistentes cuerpos en pie, si bien las buenas costumbres eran difíciles de dejar: la buena hierba seguía siendo su comida favorita.  
Y, además, lo que todo Orfa adulto debía hacer, sin excepción, para seguir adelante con su vida era pasar por los Rituales de Reproducción. La especie había evolucionado no solamente para resistir las mejores y peores condiciones ambientales, sino también para la procreación. Una especie con diecisiete sexos y una tradición que obligaba a tener, por lo menos, descendencia con todos ellos. Se convertía, pues, en una odisea, porque ningún Orfa quería convertirse en la vergüenza de sus congéneres.  

viernes, agosto 24, 2018

Relatos de la Ascendencia - Oculons

Las líneas estelares eran el único medio que permitía la unión entre sistemas. Las distorsiones del espacio y del tiempo entre las estrellas cambiaban con el paso del tiempo, y cualquier especie que dominara el viaje espacial sabía que debía estudiar estos túneles, que generalmente encontraban por casualidad, para seguir con su expansión. Solo con las herramientas más potentes se podían estudiar y analizar, e incluso predecir cualquier cambio en las líneas estelares.  
Los Oculons no lo necesitaban: ellos eran sus propios detectores de líneas estelares. Eran telescopios vivientes.  

miércoles, agosto 22, 2018

Relatos de la Ascendencia - Nimbuloides

La vida de los Nimbuloides se regía por las Corrientes. Así era como llamaban a las fuerzas que dominaban el gigante gaseoso, rojizo y radioactivo, que consideraban su hogar. Durante muchas generaciones, las Corrientes habían decidido el destino de los Nimbuloides, y nunca habían cuestionado los susurros que les llegaban. Se movían con tranquilidad, flotando, estirando y contrayendo sus cuerpos, enormes bolsas purpúreas rellenas de gas, mientras las Corrientes les indicaban qué hacer.  
Pero no solo era viento lo que traían las Corrientes. Los flujos químicos que estas portaban eran lo que realmente movía a los Nimbuloides. Una energía que, para ellos, era la verdadera esencia del Universo. Y pronto comprendieron que las Corrientes no solo afectaban a su planeta, sino que podían extenderse más allá.  
Las Corrientes de las estrellas eran intensas. Refulgían y se arremolinaban, mandando mensajes a los Nimbuloides desde los confines de la galaxia. Sabían que debían alcanzar esas Corrientes que estaban tan lejos, y debían encontrar la manera. Habían persistido gracias a las Corrientes, e incluso con ellas encontraron un don que sería puesto a prueba.  

lunes, agosto 20, 2018

Relatos de la Ascendencia - Minions

Hibernación cancelada con éxito.  
Cargando nuevos datos desde bancos de memoria auxiliares…  
ADVERTENCIA: Algunos datos no han podido ser descargados. Uno o más bancos de memoria auxiliares no existen o se encuentran dañados.  
Reinicio de Sistema Principal…  
Comprobación de sistemas…  
Sistemas completamente operativos. Unidad Central de Control lista.  
Recibiendo órdenes de Módulo Maestro…  
* Orden 1: cuidado del Mundo Fuente.  
* Orden 2: análisis de información.  
* Orden 3: exploración de la galaxia.  
* Orden 4: eliminación de posibles amenazas.  
Reactivando unidades hijas…  
Estableciendo comunicación…  
Reinicio completado.  

viernes, agosto 17, 2018

Relatos de la Ascendencia - Mebes

Rodaba a gran velocidad por los verdes prados, sin preocuparse siquiera de poder chocar con cualquier obstáculo. Su gelatinosa estructura podía resistir cualquier impacto, y, de todas formas, sus progenitores estaban a una distancia segura: ni demasiado lejos para no atenderla, ni demasiado cerca para molestarla.  
La cría de Mebes bajó por una pequeña colina y volvió a subir. Su gran estructura unicelular recogía lo que se pegaba a su membrana: si encontraba comida, la absorbía; si no, los filamentos simplemente la desprendían mientras la Mebes seguía deambulando libremente. Era lo habitual entre las crías de su especie, y hasta el siglo de edad eran muy activas y alocadas para los adultos, pero todo Mebes debía pasar por esta etapa para acostumbrarse a su entorno. Además, el vínculo entre progenitores y prole era muy fuerte en toda la sociedad Mebes, y la más mínima señal ponía sobre aviso a los padres de la criatura.  
Como sucedía en ese momento.  
Había dejado de rodar frenéticamente y se acercó a sus progenitores. Pero la forma en que lo hacía era muy lenta y desanimada, no rodaba con la energía de antes. No era simple cansancio, había algo más. Algo que sus padres no sabían qué podía ser.  
Ciclos después descubrirían que su criatura solo era una de las muchas que empezaron a sufrir aquel mal que estaba cebándose con las nuevas generaciones de Mebes. Y el mal se había cobrado otra víctima. 

miércoles, agosto 15, 2018

Relatos de la Ascendencia - Marmosianos

Las luchas territoriales habían sido lo habitual en la vida de los Marmosianos, desde sus diminutos ancestros hasta las generaciones más actuales. De otra forma, sus vidas habrían sido aburridas: el conflicto era la adrenalina marmosiana, y con los ciclos se había refinado.  
Las feromonas que solían utilizar para rituales de apareamiento y de lucha habían ido cambiando según los propios Marmosianos evolucionaban en su mundo de dura competición. Ya no era que los propios Marmosianos se fuesen volviendo inmunes a dichas feromonas, obligando a realizar cambios en sus rituales; las mismas mezclas químicas habían cambiado hasta el punto de afectar a otras especies. Y, por supuesto, fue algo que los propios Marmosianos supieron usar desde el comienzo.  
¿Por qué luchar ellos mismos por sus propios territorios cuando otros podían hacerlo en su lugar? Aquellas feromonas eran irresistibles, y si alguna vez se desarrollaba una resistencia frente a ella, tardaría generaciones. Y, para entonces, los Marmosianos ya habrían buscado otras especies que hicieran su trabajo. Y, de paso, que sus nuevos lacayos se encargaran de los antiguos.  
El paso del tiempo había convertido a los Marmosianos en vagos expertos. Apenas sí necesitaban unas pocas órdenes para que sus guardianes, entre los que se encontraban algunos de sus anteriormente temidos depredadores, hicieran todo lo que se les pidiera para proteger sus valiosas tierras de cualquier rival. No había quejas, no había peros. Y eso les gustaba, porque no suponía esfuerzo alguno. El esfuerzo había sido desterrado de la vida marmosiana hacía mucho.  
Poco sabían los Marmosianos que, por desgracia para ellos, tendrían que recuperar el ocuparse de sus propios asuntos sin intermediarios.  

lunes, agosto 13, 2018

Relatos de la Ascendencia - Kambuchka

Aquel planeta había vivido tiempos mejores. Su superficie apenas era visible después del cataclismo, había quedado cubierta por una atmósfera tan densa que había aniquilado a prácticamente todas las formas de vida de aquel ya lejano período. Era un mundo grande, aparentemente vacío, y orbitaba, lento y casi renqueante, alrededor de las estrellas gemelas.  
A pesar de aquel entorno hostil, nuevas especies surgieron en aquel planeta tan cambiado, y de entre todos destacó, con los ciclos, una especie en particular.  
Los Kambuchka estaban compuestos por una sucesión de membranas oscilantes. En sus comienzos, utilizaban el tacto y el oído como sentidos principales tanto en la búsqueda de las microscópicas plantas que filtraban para alimentarse, como en la detección de depredadores. Eran muy lentos, flotando casi sin rumbo y desorientados, sin saber si vivirían un día más en aquella tierra tan peligrosa y misteriosa.  
Sus cuerpos se vieron afectados ante aquella atmósfera opaca, transmitiendo a su prole nuevas características sensoriales, hasta que todas las membranas de su cuerpo se convirtieron en receptores tan refinados que podían percibir hasta la más pequeña alteración en la atmósfera. Conocer las diminutas diferencias entre tantos escenarios, desde la preciada comida hasta el inminente peligro, pasando por los compañeros de su especie, se había convertido, con el paso de generaciones y de la evolución, en puro instinto. De otra forma, los Kambuchka no habría podido medrar en un mundo tan competitivo como brumoso, ni tan siquiera habrían conseguido, sin estar en lo alto de la cadena trófica, haber logrado alzarse como la especie dominante de su planeta, abandonando sus tiempos nómadas y estableciendo ciudades en la espesa atmósfera.  

viernes, agosto 10, 2018

Relatos de la Ascendencia - Hanshaks

¿Qué movió a los Hanshaks a desmantelar toda su tecnología y abandonar todos los avances que habían logrado? Algo despertó en sus mentes cuando alcanzaron la cúspide de su progreso, como si todo lo que hubieran logrado hubiese sido poco más que un camino a recorrer y, una vez habían llegado a su destino, ¿por qué volver a recorrerlo?  
Pero seguramente lo que despertó en las mentes de los Hanshaks no fue fruto del progreso, sino más bien del azar. Ni siquiera pensaron en que hubiese sido la casualidad lo que despertara su don latente en sus mentes, volviéndolas más sensibles a los pensamientos propios y ajenos. Ellos atribuían aquella iluminación a unos avances que ya no les eran necesarios.  
Con el paso de los ciclos, los Hanshaks se convirtieron en los líderes espirituales de su mundo. La naturaleza volvió a ocupar su lugar en el planeta, y todas las especies escuchaban, en sus cabezas, las voces de aquellos seres toroidales que habían visto algo más allá de la simple materia. Y escuchaban con atención, dejándose guiar, y viviendo en armonía.  
Y nunca pensaron que, tal vez, algún día, deberían volver al progreso del que habían renegado.

miércoles, agosto 08, 2018

Relatos de la Ascendencia - Govorom

La existencia de los Govorom era tranquila, paciente, como lo era el cuidado de su mundo natal. Habían nacido en un planeta cubierto por grandes desiertos, por salinas inertes y por tundras yermas. El hecho de que siguieran con vida pese a aquellas condiciones decía mucho de esta especie; pero más decía de su pueblo la dedicación por transformar su entorno.  
Habían atesorado los pocos recursos que podían encontrar. La flora y la fauna que resistía a las temperaturas extremas y a los suelos que no permitían que nada más creciera fueron el comienzo de un cambio que los Govorom orquestaron con toda la calma de que disponían. Repartieron su gran mundo yermo entre todas las poblaciones, y estas, a su vez, entre sus habitantes. Todo Govorom conocía los límites de su región por puro instinto, y solían vivir separados. Pero la socialización llevaba a que crearan familias, y cuando estas crecían, hacían un nuevo reparto, equitativo. Todos los miembros de la sociedad participaban del gran proyecto planetario.  
La vida Govorom era larga, serena y dedicada. Las nuevas generaciones convivían con las antiguas, aprendían de su labor e incluso la mejoraban. No solo preservaban y expandían la vida tal y como la conocían, ayudaban a que esta se diversificara, acelerando la evolución de muchas especies pese a la, en comparación, lenta dedicación de los Govorom.  
Con el tiempo y el paso de las generaciones, el mundo muerto florecía con nueva vida.  

lunes, agosto 06, 2018

Relatos de la Ascendencia - Frutmaka

Graveesha…  
El Gran Templo de Graveesha era una estructura gigantesca, un pilar hueco, recorrido por innumerables galerías y salas, hecho de pura obsidiana. Se alzaba decenas de metros sobre lo que antiguamente era un yermo, pero que, con el tiempo, se convirtió en el centro de la vida de los Frutmaka. Las pequeñas comunidades de los Frutmaka se habían agrupado durante generaciones alrededor del templo, pues la creencia decía que fue aquí, en este mismo lugar, donde su especie mostró por primera vez su poder al resto de habitantes de este mundo. Este era el lugar donde fueron los Frutmaka fueron tocados por la gracia de Graveesha.  
Graveesha…  
La vida de la especie Frutmaka había estado enteramente dedicada a la gloria de su dios. Su fascinación por Graveesha había empezado antes incluso de convertirse en los amos y señores de este planeta. La singularidad del enorme agujero negro que absorbía la luz y la energía de su estrella hermana era una visión que llenaba a estos seres casi inmóviles con una devoción sin igual. Veían en Graveesha, en el gran agujero negro devorador, el poder de la quietud y, a la vez, y de forma contradictoria, el poder de manipular lo que hubiera a su alrededor.  
Graveesha…  
Poco sabían que sus mentes habían ido desarrollándose mucho más allá de lo que otras especies podían alcanzar, pero sus cuerpos fungosos no podían igualar aquella evolución. Eran presas fáciles, perfectamente conscientes de lo que era morir a manos de sus depredadores, y que otros experimentaran su dolor por el vínculo que unía sus mentes. Hasta que, un día, algo despertó en ellos. Algo que les dio la ventaja que anhelaban.  

viernes, agosto 03, 2018

Relatos de la Ascendencia - Fludentri

El arte de la guerra se cultiva en muchas formas y en muchos lugares. Desde las más altas montañas hasta los más recónditos valles… e incluso las mismas profundidades del océano pueden albergar a los más mortíferos guerreros.  

En un mundo cubierto por las aguas y el hielo, existía una especie que había sobrevivido siendo la más fuerte y la más hábil. Muchos habían infravalorado a aquellos luchadores natos, nacidos de la misma esencia del océano, y habían pagado el precio. En un mundo donde la diferencia entre vivir y morir era tan determinante, los Fludentri se convirtieron en los señores de la guerra.  
Aquellas criaturas fluían como las propias aguas, con sus cuerpos líquidos y sin forma de los que, a veces, surgían sinuosos tentáculos. El conocimiento de su propio cuerpo y su espíritu de lucha los llevaron a ir más allá, y descubrieron que podían solidificarse hasta volverse tan resistentes que ni las armas más poderosas podrían herirles. Y si alguna vez eran heridos, no tardaban en sanarse y asestar el golpe definitivo. Puesto que un Fludentri rara vez moría, y siempre mataba a sus enemigos.  

miércoles, agosto 01, 2018

Relatos de la Ascendencia - Dubtaks

Los Dubtaks habían vivido por y para la tecnología durante generaciones. Pese a su aspecto pequeño y aplanado, eso nunca fue impedimento para avanzar más allá de lo que las especies rivales eran capaces de lograr… Claro que también les ayudaba tener ese aspecto a la hora de camuflarse, infiltrarse y robar toda la tecnología que estuviera su alcance. Así era como los Dubtaks se habían alzado como la especie dominante de su mundo: robando a sus enemigos y usando lo que sustraían contra ellos.  
Y cuando las demás especies ya habían sido doblegadas, solo quedaban los rivales definitivos: el resto de los Dubtaks. Y las guerras entre los Dubtaks, las más sigilosas, pero a la vez las más dañinas, llevaban siglos sin terminar. Solo hasta que, al fin, una de las tribus se alzara victoriosa frente a las demás, pero eso no había ocurrido aún: la ventaja que una tribu conseguía, al poco otra se la quitaba.  
Una de estas tribus, sin embargo, había dedicado todos sus esfuerzos en poner fin al conflicto de operaciones encubiertas. Habían planeado un golpe maestro, el robo de robos.