domingo, mayo 29, 2022

Visiones 2021: Cronovandalismo

Una pequeña introducción antes de ir al relato en sí: envié «Cronovandalismo» el año pasado para la convocatoria de «Visiones 2021», en la que la temática giraba alrededor de los viajes en el tiempo.

El relato que os dejo a continuación lo presenté casi a última hora, después de intentar buscar alguna idea y cómo enfocarlo, ya que, admito, pese a haber visto y leído sobre el tema, no se me da nada bien. Así que me llevó a retorcer un poco cómo quería que fuese mi historia, dar algo de ambigüedad, tanto en quién deja este mensaje como en si sus actos son realmente buenos o malos o cualquier cosa entre media, jugar también con nuestra percepción sobre los viajes en el tiempo...

... Pero sé que no cuajó. Me lo veía venir, porque ya digo que fue muy al límite y, a pesar de darle varias vueltas, no tenía tiempo para buscar lectores beta y fue a la aventura.

Aprovechando que hoy ha sido la selección para el «Visiones 2022» (para el que intenté también escribir, pero esta vez no conseguí nada satisfactorio), subo el relato tal cual lo mandé el año pasado.


Cronovandalismo

Ser crononauta es una mierda.

Pero es mi mierda. Y me encanta. Es adictiva, la puñetera.

Me imagino que quienes estéis leyendo este extracto os habréis parado y vuelto al principio, hacia la palabra «crononauta», intentando averiguar su significado. Igual os suena sin tirar de diccionario…

Aunque voy a suponer que no todo el mundo aprendió griego en el colegio o en el instituto, así que seré amable. Os explico el término: khronos es tiempo; y naútes, navegante. Igual que astronauta se refiere a quien viaja por el espacio, yo, como crononauta, viajo por el tiempo.

Sí, es así, tal y como suena. Os estoy imaginando con cara de pasmarote mientras leéis esto, pensando que os estoy tomando el pelo. No os culpo tampoco, si lo que conocéis viene de la ficción, os comprendo. Solo que esto no es ficción: es la vida real.

Yo inventé los viajes en el tiempo. Y también soy quien se ha encargado de borrarlos de esta, vuestra época. Que antes era la mía también, aunque cuando viajas a través de los siglos ya no te sientes parte de ninguna era. Te fundes con el Tiempo, así, con mayúscula.

viernes, septiembre 07, 2018

Relatos de la Ascendencia - Cierre

El miércoles terminó «Relatos de la Ascendencia», mi pequeño y personal proyecto de rehacer los relatos cortos que, hace años, escribí sobre «Ascendancy», el juego de The Logic Factory. Una colección de veintiún relatos, veintiún fanfics sobre especies alienígenas de las que poco o nada sabemos, incluso los que hemos jugado a «Ascendancy», por lo que había muchísimos huecos por añadir.

Y, como en el pasado, ese ha sido también el objetivo de «Relatos de la Ascendencia»: dar un poco más de chicha a unas especies, unas más interesantes que otras, más allá de una escueta pantalla de presentación. El interés que despierta en mí cada especie es evidente tanto en la longitud como en la calidad de los textos: así, está claro mi favoritismo por los Baliflids, los Chamachies o los Frutmaka, mientras los Kambuchka y los Nimbuloides, por poner dos ejemplos, han sido más un «al menos lo he hecho mejor que hace años».

Al final he logrado mi objetivo, y con ello estoy satisfecho. ¿Que hay cosas que podrían haber salido mejor? Pues sí, pero ya digo que el interés en según qué especies ha jugado tanto a mi favor como en mi contra. La experiencia, en general, y repito, ha sido satisfactoria...

... Y sé que al comienzo dije que igual podría ir más allá de los veintiún relatos originales. Y aunque me gustaría, prefiero dejarlo para el futuro, si surgen la oportunidad y las ganas de hacerlo. Mientras tanto, tengo otros asuntos entre manos...

¿Significa eso que este blog se quedará parado? Tras haber publicado tres veces a la semana durante casi dos meses de forma ininterrumpida da algo de apuro... aunque es más que nada porque estos relatos han consumido buena parte de mi tiempo, así que, tras el reto, tocará ir más sosegado: que si un relatillo por aquí, que si un concurso por allá, que si... en fin, muchas cosas.

Y, por supuesto, lo último, pero no por ello menos importante: muchas gracias por estar ahí y leer.

ACTUALIZACIÓN (09/09/2018): Aquí pongo los relatos en formato de índice para que, desde aquí, podáis ir leyéndolos si habéis llegado a este blog desde esta misma entrada (con imágenes de cada especie dentro del propio juego, para hacerse una idea de la locura que pueden llegar a ser algunas...).

miércoles, septiembre 05, 2018

Relatos de la Ascendencia - Ungooma

El Universo siempre había estado lleno de grandes mentes. Cabezas pensantes de gran prestigio que habían liderado grandes empresas o habían sido ignoradas hasta que fue demasiado tarde para rectificar.  
Los Ungooma tenían otro concepto de «gran mente»: aquella formada por millones y millones de cabezas, un enjambre propiamente dicho, zumbando con cada nuevo pensamiento. Diminutos como eran los Ungooma, en realidad por separado no tenían capacidad alguna para mantener una idea; cuando tantos y tantos se juntaban, acababan formando una inteligencia más allá de lo conocido.  
Porque pensaban, mucho y de continuo, pero nadie más en su mundo de origen creía que los Ungooma fuesen seres pensantes. Claro que a los Ungooma les convenía que algunos los tomaran por colmenas de seres sin conciencia, eso les evitaba muchos problemas. Además, habían sido ellos mismos los que implantaron ese sentimiento en los demás seres de su planeta.  

lunes, septiembre 03, 2018

Relatos de la Ascendencia - Swaparamans

Las palabras de Tanandanam era conocidas por todos los Swaparamans. Una de sus citas decía lo siguiente: «Afrontar el riesgo a lo desconocido es la única forma segura de avanzar». Y, aunque fuese de las más famosas, también era una de tantas citas que el pueblo Swaparaman casi había olvidado, como tantas otras cosas de su pasado.  
La historia de los Swaparamans quedó irremediablemente marcada desde que huyeron de su planeta natal. Los Swaparamans habían desarrollado a gran velocidad la tecnología para viajar entre las estrellas, movidos por el miedo de sus lejanos parientes, los Frutmaka. Habían visto cómo la especie fungoide había desarrollado su culto a Graveesha, el agujero negro de sus sistema binario, hasta límites fanáticos. Habían visto a otras especies caer bajo el yugo Frutmaka, y pese a que tuvieron los medios para huir de su planeta, vieron cómo los poderes telequinéticos de los Frutmaka habían enviado a buena parte de su flota en un viaje sin retorno hacía Graveesha. Habían sobrevivido, pero el coste fue elevado. 

viernes, agosto 31, 2018

Relatos de la Ascendencia - Snovemdomas

Su mundo se estaba quedando pequeño. Los poderosos Snovemdomas, tan grandes y fuertes como ligeros, habían dominado las tierras más allá de su tundra natal. En un planeta de alta gravedad, su imponente aspecto cubierto de pelo y su larga trompa ocultaban unos cazadores veloces e incansables, de huesos huecos pero resistentes. Eso era lo que les había permitido expandirse, creando pueblos que acabarían convirtiéndose en ciudades, hechas de materiales compuestos y ligeros, como ellos. Los Snovemdomas eran supervivientes, y su intelecto y su tecnología eran tan destacables como sus habilidades para la caza.  
Y, pese a ser sensatos y no abusar de sus territorios de caza, sabían que podían llegar más lejos y descubrir nuevos lugares, no podían ver un final a su expansión.  
Ese deseo había estado alterando las mentes ya de por sí inquietas de los sabios de cada tribu de Snovemdomas, en cada punto del globo, en cada región ocupada. Pero hasta los más sabios necesitaban una autoridad superior para poder encaminar sus pensamientos, y esa autoridad seguía en el lugar de donde surgieron y de la que salieron hacía generaciones. El Dovahmon, el sabio de entre sabios, vivía en la Gran Tundra, pasando el manto del liderazgo a los más dignos. Era él quien tenía la respuesta a todas las preguntas…